Mi primer Tinder cita fue con dos hombres

ALERTA! NO LEER SIN UN BUEN GRADO DE APERTURA MENTAL

Dentro de este mar de peces comestibles apareció Tom, quien llamó mi atención particularmente, no sólo por la foto (me acuerdo y se me cae una baba), si no también por la frase que tenía en su perfil. Sí, las mujeres nos tomamos el tiempo de leer las huevadas que escriben los hombres en sus perfiles de Tinder.

Faaa con esa cara y ese cerebro profundo me caso (?) No dudé un segundo y mi pretenciosa originalidad le tiró un mensaje diciendo…: “Buena frase!”
Cric cric cric…
Sí, podría haberlo hecho mejor, ya seee ya se. Pero igualmente funcionó! We we we. Y al ratito ya estábamos teniendo una conversación virtual interesantísima acerca del clima. No, mentira. No hablamos del clima; me contó que era originario de Inglaterra y que recientemente había llegado a Australia (“Jodeme! Yo también acabo de llegar igual que vos!! Qué casualidad, somos el uno para el otro!!” *Mis delirios mentales de cosas que pienso pero no quiero decir*).
Me preguntó qué planes tenía este fin de semana, y yo, queriendo sonar #casual#desinteresada#onda te respondo pero si no nos vemos no me importa (todo eso puede querer decir un sólo mensaje?), le respondí: “Voy a salir a CanguBar, si querés sumate y bebemos una copa”.

Rápidamente respondió algo que, según las estadísticas mas respetadas y serias (?), el 99,99% de las veces es mala noticia:

Silencio en la sala.
Dale flaco elaboráme la segunda oración que no se si me cortaste el rostro, me quisiste decir salgamos los tres, o trae una amiga y felices los 4!!!
En menos de un segundo (que fue una eternidad para quien estaba del otro lado, o sea, yo!) disparó: “Si estás con una amiga y no te jode voy con él al bar asi nos conocemos”.

Ok, ahora mi delirio mental vaticinaba que su amigo era el plan B “por si las cosas no salían bien”, pero al menos ya teníamos los cuatro cita asegurada. No, pará! Yésica me tiene que decir que sí primero!!
Así que de esta manera devino nuestro diálogo subsiguiente:
Flo: Yesi, viste este inglés con el que estaba chateando? (y le acerco la pantalla de mi celular con la foto para refrescarle la memoria)
Yesi: Si ! Se van a ver?
F: Bueno… Le conté que esta noche vamos a CanguBar, dijo que si estaba con una amiga él iba con un amigo y nos podíamos juntar los 4 (Feliceees los cuaatro, no me la puedo sacar de la cabeza mientras escribo esto).
Y: Boluda! Cada vez que alguien te dice “llevá a una amiga para amigo” ya sabés lo que se viene. Por lo menos preguntaste si era fachero? Te mostró foto?
F: Me dijo que era muy simpático!
Y: Sos joda?
F: Jajaja sí, te jodo. No me dijo nada del amigo. Pero daaaale vamos, si el amigo es nabo nos vamos a otro bar las dos solas y ya!
Y: Ay ay ay… Y bueno, no me voy a quedar encerrada sola sin salir. Pero te juro que me la voy a cobrar eh!
F: Zas! Y que llegaba, y que venía, y que… *pataleando y agitando los brazos a lo Chavo del 8*

Y se hizo de noche… En realidad se hicieron las 7 de la tarde pero en pinche Australia eso ya es “de noche” y nos dispusimos a salir las dos vestidas para la ocasión. Discretas pero llamativas, seductoras pero modestas.

Llegamos al bar y no podíamos creer la cantidad de belleza toda junta en un mismo lugar. Era la primera vez que yo salía a las 7 de la tarde en Australia y debo confesar que me sentí un poco deslumbrada por la carnicería humana que era ese pub. Tanto así que ni quería chequear si al muchacho Tom se le había ocurrido escribirme para confirmar mi presencia. Pocos minutos y varias vueltas en círculo después “para ver qué hay”, me paro medio que de espaldas a un grupo de gente y enfrentada a Yesi, y le digo bajito (porqué bajito, si nadie entendía español idiota): “Yesi, mirá con carpa detrás mio, me parece que son esos dos pibes…”
Yesi pispea sobre mi hombro y me dice: “ESE ES EL AMIGO????”

Me doy vuelta como quien no quiere la cosa y de repente veo dos potros, esbeltos, ladrones de aliento, señores ingleses con todas las letras. Confieso que a primera vista no reconocí cuál de los dos era Tom, pero hubiera estado contenta igualmente ante cualquier escenario.

Cruzamos miradas con quien creía era Tom y nos dijimos mutuamente “Hey, sos vos!?” “Oh yeah, it’s me”, al unísono, como si ya habláramos al mismo tiempo cuales almas gemelas que se reencuentran en un abrir y cerrar de ojos para toda la eternidad. Okey okey desvarié, bajo un cambio mejor…
De allí la noche siguió cada vez mejor. De más está decir que Yesi estaba bastante contenta con el “simpático” del amigo, Phil, otro inglés tiro al aire que también amaba el fútbol como ella, y conocía sobre equipos de La Plata, dato que abrió las puertas del Yesi-Paraíso (de la emoción, che mal pensado!).

Bebimos una copa, tiramos unos pasos, conversamos otro tanto y la noche estaba en pañales (pensá que deben haber sido las 9 de la noche juaa), o sea sentimos que recién empezaba una historia de las largas! Pero… Como no todo es color de rosas, esa noche hubo un gran problema, un problema grave…

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